Fueron adquiridos durante el gobierno de Emilio Civit a la fundición de “Walter Macfarlaine & C°”, Saracen, Glasgow, de Escocia. Habían sido encargados en los primeros años del siglo XX por el Sultán Rojo de Turquía a esa fundición escocesa, pero, tras su derrocamiento, los majestuosos portones quedaron sin dueño y fueron comprados, en 1907, por el Gobierno de Mendoza para enmarcar el acceso al Parque San Martín.